Tenemos una fortuna incomparable. Y no solo hablamos de destinos inspiradores a horas de distancia, de telas, materias y cafés especiales de un remoto rincón del planeta. Hablamos de una riqueza intercultural que nos rodea. Podemos conocer personas de todas partes del mundo sin movernos del salón de nuestra casa.
También somos ricos en momentos. No en grandes lujos, no en grandes fiestas, en instantes. Pero a veces no somos capaces de valorarlos. Puede que tengamos mucho que aprender de los suecos, un pueblo que aúna emociones y razón en su filosofía de vida. Corazón y mente reconciliados permanente en uno de los países donde se vive mejor y más feliz. ¿Cómo lo hacen posible?
Descubriendo el "Kaffé" en "Fika"
Igual que los esquimales tienen decenas de términos para hablar del hielo, definir este concepto sueco se vuelve complicado. Se puede decir que la esencia de "fika" es encontrar un momento para relajarse, apreciar todo lo que nos rodea y respirar de verdad. Y también añaden más: es la pausa del café que realizas con amigos.
Una persona tiene un problema que no consigue quitar de su cabeza. Para afrontarlo puede solo centrarse en ello o hacer todo lo contrario, distraerse con otros asuntos. Una persona sueca solo sigue un camino, el segundo. Y en cuanto deja de pensar en el problema, consigue resolverlo. Ese es el poder de “Fika”, darte el espacio que necesitas para escapar de la rutina y ver todo con una nueva perspectiva.
La pausa del café: "Fika, y olé"
Aquí somos de darle un toque muy nuestro a todo lo que llega. Y en esta interculturalidad reinante, la inspiración sueca no iba a pasar por un proceso diferente. No estamos tan alejados: ambas culturas están cerca de venerar la pausa para el café como un ritual ineludible. Tiempo de calidad con cafés especiales, con los nuestros o con alguien nuevo.
España es un hervidero de arte. No solo el que se exhibe en museos. La esencia catalana, el duende andaluz, el norte verde y sorprendente… todo ello digno de aparecer en un cuadro de Dalí. Imagina unir ese arte con la forma de pensar sueca. ¿El resultado? Una filosofía en torno al café que venera sus atributos tangibles, pero también su capacidad de transmitir emociones.
Cafés especiales para la pausa del café desde Estocolmo
Nespresso está dando la vuelta al mundo, enriqueciéndose de esas culturas admirables. World Explorations es el resultado de un viaje con fecha de salida pero no de llegada. Y la capital sueca es responsable de enseñar todo lo que debe tener el momento “Fika”. Un instante recogido en una cápsula: Stockholm Fortissio Lungo.
Un café tostado y algo intenso, dulce y con un toque amargo. La nota malteada redondea la "svensk upplevelse" (experiencia sueca). Un café que invita a desconectar, a reprogramar, a coger energías. No importa la hora que marque el reloj, deja que el tiempo pase.
Y si quieres sorprender, o sorprenderte, prepara un Stockholm Spice, una receta que encaja con cualquier dulce (aunque un auténtico sueco lo tomaría con rollitos de canela) y que potencia los sabores característicos de esta variedad de World Explorations. Seguro que no podrás resistirte a visitar el "Gamla Stan" en un viaje de ida y vuelta. ¿Lo mejor? Todas las veces que quieras.
GAMA WORLD EXPLORATION
Sinergias en el mapamundi
Mientras el mundo avanza, su gente se conoce, sus costumbres coinciden, sus culturas aprenden las unas de la otras. La filosofía de la reconciliación entre instinto y razonamiento vino de la mano de esos cafés especiales de Suecia, para quedarse. Eso sí, sin olvidar ese toque tan característico que nos hace únicos.