Son los detalles y las sutilezas lo que pueden marcar la diferencia. En el mundo del café, también. Es esa espuma que se queda encima del labio y nos saca una sonrisa. Aquel desconocido con quien compartimos un café cada mañana en la mesa de al lado. Preparar la receta de café que más te apetece, en el momento y lugar que más te apetece. Un flat white, un latte o un capuccino. ¿Sabes diferenciarlos?
Flat white, latte y cappuccino se preparan con espresso, leche y espuma de leche caliente. Pero en proporciones y posibilidades muy diferentes.
¿Me pones un cappuccino?
La historia del café no deja de sorprender. Pero la del cappuccino está llena de misterio. Según la tradición se llama así por los frailes capuchinos, con hábitos de color marrón. Uno de ellos, Marco da Aviano, en 1683 en Viena, pidió un café en una cafetería con menos sabor amargo. Le añadieron leche (aunque en esa época la leche era más similar a la nata actual).
Otra historia, más referente al cappuccino entendido en la actualidad, surge en Italia en 1906, con la invención de la primera máquina de café espresso, de Luigi Bezzera. Un cappuccino clásico se prepara con la misma medida de sus tres ingredientes: 1/3 de café espresso, otro de leche y otro de espuma de leche caliente.
Esta receta suele ser cremosa, tanto como lo son las tazas que resultan de Vertuo. Por eso Vertuo Cappuccino es un clásico que no pasa de moda. Un café Bianco Leggero con mucha crema generosa y espuma de leche caliente. Una receta que no pide más… porque no le hace falta. Si eres de café con leche, no te pierdas nuestro espumador de leche, un clásico dentro de la gama de accesorios de Nespresso.
Un café latte, por favor
En Italia, en la década de los 80, los dos baristas Lupi y Schomer desarrollaron su técnica de arte latte, creando figuras en el café con espuma de leche caliente. Un origen que se relaciona de cerca con el capuccino, pues ambos tenían maestros cafeteros especializados en preparar ese tipo de café. Pero la versión del café latte que conocemos en la actualidad surgió en Estados Unidos unos años más tarde.
El latte clásico se prepara con 1/3 de café espresso y 2/3 de leche caliente, además de una capa de espuma de leche que puedes conseguir con tu Aeroccino.
Te recomendamos que con recetas de latte no cierres tu imaginación. Déjala suelta. Así podrás encontrar combinaciones sorprendentes, como Caffè Latte con cookies de chocolate. Crema de avellanas, sirope de cookie, bebida de soja y la fuerza e intensidad de un Vilvato Lungo para romper la norma clásica de prepararlo con espresso. ¿Es un postre, es una bebida? Querrás descubrirlo preparando uno tras otro.
Mejor un café flat white
Debemos dar la vuelta al globo para la más reciente de las recetas de café. Y es en Australia… en Nueva Zelanda, en la década de los 80, cuando los autóctonos estaban cansados del café cappuccino, para ellos con mucha crema. Es entonces cuando se prepara una bebida flat, plana, sin espuma (guarda tu Aeroccino para otra receta).
Un café flat white se prepara con dos espressos, aproximadamente 150 ml, y una capa fina de crema de leche emulsionada. La crema de leche se puede preparar con un endulzante y un poco de mantequilla.
Aquí no vamos a dejarte una receta de café. Queremos que dejes volar tu imaginación y pruebes a combinar tu cápsula de café favorita con crema de leche y todos los ingredientes y toppings que quieras añadir. Un consejo: prepáralo con una cápsula que se combine perfectamente con la leche, como Chiaro o Corto.
En resumen... diferencias entre cappuccino, latte y flat white
• Cappuccino: 1/3 de café espresso, 1/3 de leche, 1/3 de espuma de leche caliente
• Latte: 1/3 de café espresso y 2/3 de leche caliente o espuma de leche
• Flat White: Dos espressos y una ligera capa de crema de leche emulsionada
